Citröen e-Mehari

Citröen e-Mehari

Reencarnación electrizante

Al igual que BMW con el MINI, Fiat con el 500 y Volkswagen con el Beetle, Citroën ha querido resucitar uno de sus modelos más emblemáticos, el Mehari. Este peculiar utilitario regresa con un sistema de propulsión eléctrico, una carrocería de plástico, cuatro plazas y un techo de lona.


El Citroën Méhari, que fue un descapotable económico desarrollado sobre la base del también mítico 2CV, nació en 1968 con la intención de ofrecer diversión y versatilidad a partes iguales. Tras 20 años en las líneas de montaje y con 144.000 unidades fabricadas, este curioso utilitario francés nos dijo adiós en 1988.

Pero aquello no fue una despedida, sino un hasta luego. Y es que, todos los que guardamos un buen recuerdo de este modelo, estamos ahora de enhorabuena, pues Citroën nos ha regalado una segunda edición muy especial que se postula como un digno sucesor. A diferencia del modelo original, el nuevo Méhari, que añade la letra ‘E’ a su denominación comercial, ofrece ahora un sistema de propulsión eléctrico y abandona aquel motor de gasolina bicilíndrico de 602 cc que procedía del 2CV.

Es posible que la entrada en escena de esta nueva tecnología le quite bastante encanto, sin embargo, hay que adaptarse a los nuevos tiempos. Unos tiempos en los que el cambio climático ya hace acto de presencia, y en los que los elevados índices de contaminación ya azotan a las ciudades más pobladas. Por tanto, la irrupción de la propulsión eléctrica comienza a cobrar sentido en este coche en cuanto hacemos un análisis más cabal y sosegado.

El propulsor, que ha sido desarrollado en su totalidad por la compañía francesa ‘Bolloré’ -este fabricante también se ha visto involucrada en el diseño del coche-, entrega una potencia de 50 KW, lo que equivale a unos 68 CV. Como buen eléctrico que se precie, la aceleración es instantánea y constante, lo que facilita y agiliza la conducción en todo tipo de condiciones, sobre todo cuando nos movemos por un entorno urbano. En cuanto a prestaciones se refiere, su velocidad máxima es de 110 km/h, una cifra más que suficiente para la utilización que requiere un vehículo de este tipo.

El chasis sobre elevado y la blanda suspensión, permiten que podamos circular por un camino o por una carretera en muy mal estado sin que nuestra espalda se resienta y sin que el coche se vea limitado para avanzar con suficientes garantías. Además, también es un coche ágil, ligero y muy competente cuando el asfalto está en sus mejores condiciones. Por su parte, la dirección eléctrica aporta su granito de arena para que la conducción sea suave y agradable, sin perder precisión cuando circulamos a un ritmo alegre.

Las baterías, que también han sido desarrolladas por Bolloré, se distinguen, según afirma el fabricante, por su elevada densidad energética y seguridad de utilización. Estas son baterías secas, es decir, “todo sólido”, lo que les confiere numerosas ventajas, entre las que destaca una insensibilidad a las variaciones meteorológicas. Su autonomía, que puede llegar a ser de 200 kilómetros, le deja al E-Mehari en muy buen lugar si, sobre todo, le comparamos con sus más directos rivales, que quedan algo lejos en este apartado. La recarga de las mismas se realiza con facilidad. De este modo, el E-Méhari se puede repostar completamente en 8 horas con una toma de 16A en las instalaciones que lo permiten (enchufes domésticos o enchufes públicos de tipo Autolib) o en 13 horas en las tomas domésticas con 10A de intensidad.

La carrocería, muy fiel a sus orígenes en cuanto a diseño se refiere, está fabricada de material plástico termoformado que no sufre la corrosión, no necesita mantenimiento de pintura y resulta resistente a los pequeños golpes gracias a su elasticidad. Sin duda, el material ideal para un coche de los que se denomina vulgarmente de batalla.

Al igual que el primer Mehari, el nuevo también puede lavarse a manguerazo limpio por dentro y por fuera sin preocuparnos por nada. Para ello, el interior cuenta con materiales sufridos y resistentes que están diseñados a prueba de bombas. De hecho, las partes más delicadas, están recubiertas de una especie de tela sintética que mantiene todo completamente sellado y protegido.

Su habitáculo está provisto de cuatro plazas en las que encontramos suficiente habitabilidad como para viajar con holgura. La banqueta trasera, que es completamente abatible, deja un volumen de 800 litros y facilita enormemente la carga de objetos de generoso tamaño.

La capota de lona, como no podía ser de otra forma, cuenta con un cierre mediante un sistema de cierre lateral escamoteable, con anchas ventanas transparentes. Según las necesidades, se puede decidir descapotar la parte delantera, la trasera, el lateral o todo el conjunto. Todo ello, se realiza con rapidez y facilidad sin que resulte nada engorroso.

Si entramos en el terreno del equipamiento, el E-Méhari no trata de impresionar y tampoco creemos que deba hacerlo. No obstante, ahora es un coche más ‘chic’. Por este motivo, la carrocería plantea cuatro tonalidades -azul, naranja, amarillo y beige-, los tapizados pueden ser en color negro y rojo anaranjado, y también hay dos guarnecidos interiores -un beige muy natural y otro, de aspecto técnico, rojo-anaranjado, cuya impresión en la parte central está inspirada en los deportes náuticos-. Tampoco van a faltar elementos como el aire acondicionado, control de estabilidad, anclajes ISOFIX y llantas de aleación de 15 pulgadas.

Para poner el broche de oro y, a modo de conclusión, hemos de decir que Citroën está recuperando su identidad de marca con modelos como el E-Méhari. La firma de los dos chevrones ha sabido mantener la esencia del modelo original, pero adaptándolo a los nuevos tiempos para que sea sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

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